¡Viajar es bueno para la salud!

Viajar es bueno para la salud, así es, además de conocer, aprender nuevas culturas, disfrutar y relajarse, el viaje también nos sirve para mejorar la salud.
Aquí te dejamos algunos de los aspectos donde influye el viajar en nuestro organismo:
Menos estrés y mayor bienestar emocional
La reducción del estrés parece el más evidente de los beneficios de viajar. Aunque sea una salida breve y a un destino no muy lejano, dejar atrás la rutina y el ritmo frenético de la vida en la ciudad permite desconectar, dejar atrás las angustias y disfrutar del presente. Pero atención: la actitud es importante, porque también existe el llamado «estrés vacacional», un estado de tensión ocasionado por los preparativos del viaje, las inseguridades y dificultades que este pueda deparar, la sensación de que el tiempo no será suficiente para hacer en el destino todo «lo que hay que hacer», etc.
El cerebro, agradecido
Hasta hace tiempo se creía que el cerebro, a partir de la edad adulta, ya no se modificaba. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que no es así: las neuronas pueden crear nuevas conexiones, e incluso se pueden formar nuevas, a lo largo de toda la vida.
«Para ello es clave entrenar y estimular nuestro cerebro», «y hay tres elementos claves para hacerlo: enfrentar nuestro cerebro a la novedad, la variedad y el desafío. Viajar cumple con los tres».
Situaciones tan simples como la necesidad de adaptarse a nuevas sensaciones, paisajes, sonidos, aromas, etc., hacer un mapa mental del lugar en que uno está o tener que comunicarse en otro idioma estimulan el cerebro y lo vuelven más plástico y más creativo. «Viajar requiere, principalmente, aprender y memorizar todo lo extraño hasta que todo resulte normal y conocido. Esto es un desafío para tu cerebro y es como un entrenamiento acelerado».
Un corazón más fuerte y sano
Viajar reduce el riesgo de padecer infarto de miocardio, sobre todo para las personas mayores. «Las vacaciones pueden ser buenas para su salud».
Hay una relación entre la movilidad corporal originada por la «actividad social colectiva» que se da en los viajes, y un menor riesgo de mortalidad. La actividad física derivada de los viajes es beneficiosa para cualquier persona, sobre todo para aquellas que llevan una rutina cotidiana muy sedentaria.
Autoestima sólida
Todo viaje representa una suma de desafíos: desplazarse, habituarse a un sitio desconocido, relacionarse con su gente. Y cuanto más lejano es el destino, mayor el reto, ya que implica entrar en contacto con costumbres exóticas, idiomas desconocidos e, inevitablemente, problemas de diversa índole. Buscar los recursos para resolverlos y poder salir adelante potencia la autoestima como pocas cosas pueden hacerlo.
El viaje, además, es una fuente de futuros recuerdos y anécdotas que contar, por no hablar de las posibilidades que brindan en este sentido. Todo esto también contribuye con reforzar la confianza en uno mismo.
Mayor amplitud para afrontar los problemas
«Irse lejos contribuye a alejarse de las partes estresantes de la vida. Puede ayudar a mejorar tus perspectivas, a brindar nuevos puntos de vista y permite desarrollar nuevas estrategias para afrontar los problemas».
De eso se trata: cuando uno conoce otras realidades, toma distancia de su propia vida y puede ver los propios problemas en su verdadera dimensión. A menudo, después de un viaje muchas personas valoran mucho más lo que tienen y dejan de quejarse (o lo hacen menos) por lo que les falta, lo cual les conduce, también, a un mayor bienestar emocional.
Viajar te hace feliz
Viajar proporciona mayor felicidad que comprar cosas. La razón consiste en que los recuerdos almacenados, la suma de las experiencias, brindan un placer y un bienestar de largo plazo, mucho más tiempo de lo que dura la satisfacción que se siente al comprar algo.
Más aún, no solo el viaje se disfruta más que los bienes materiales, sino que la anticipación de las experiencias que se han de vivir durante el viaje genera una sensación de felicidad mayor que la anticipación de comprar objeto. Las experiencias mejoran las relaciones sociales, se valoran más en sí mismas y menos en comparación con las de otras personas, forman parte de la propia identidad de quien las vive.
Viajar nos hace más sanos y felices, no dudes en hacerlo, seguro este artículo te ha motivado.
Aquí te dejamos una frase memorial de Gustave Flaubert: «viajar te hace modesto, porque te hace ver el pequeño lugar que ocupas en el mundo».